sábado, 25 de diciembre de 2010

Cesar Casal-CORAZONADAS Adrian Sobaru

Al electricista de la televisión rumana, de 41 años, Adrian Sobaru se le cruzaron los cables de la crisis. Ayer quiso quitarse la vida desde el anfiteatro del Parlamento de Bucarest. Está grave. Él parece que saldrá adelante. Pero su economía y sus hijos no. Por eso se tiró. «Le habéis quitado el pan a mis hijos», dijo, y se arrojó al vacío sobre el patio de diputados. Las imágenes han dado la vuelta al mundo. No es el primero. Ni será el último. Son los desesperados del fantasma de los mercados que recorre Europa. A Adrian le quitaron parte de la ayuda para su hijo autista y quebraron su economía. Rumanía claudicó ante las presiones del FMI y el Banco Mundial y ha rebajado los salarios públicos un 25 por ciento y ha incrementado el IVA del 19 al 24 por ciento. Así fue que Adrian intentó cerrar su vida sobre la conciencia de los políticos de su país. Vamos por un camino pésimo. Y no parece que haya luz al final del túnel. Da la sensación más bien de que el túnel va a estar tapiado. Los comedores sociales han multiplicado sus servicios. Pero los ejecutivos europeos han aumentado sus ingresos. Cada vez hay más gente normal que no puede hacer la compra. Pero los bancos siguen haciendo públicos beneficios de escándalo. Cada vez hay más hogares en los que todos están en el paro, mano sobre mano. ¿Cómo se celebra la Navidad en un hogar en el que nadie trabaja? ¿Quién es el guapo que canta los villancicos?

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